LA DISCAPACIDAD INVISIBILIZADA
Discapacidad Visceral
Gran parte de la población presenta alguna situación de salud acreditable como Discapacidad Visceral y no lo saben, debido a la desinformación o por los prejuicios que acarrea la idea colectiva de “discapacidad”. Durante décadas ha sido asociada a “no poder”, a la enfermedad o nivel de visibilidad que ésta tenga, pero todas estas son ideas que distan mucho del actual concepto de discapacidad y que perpetúan una precepción errónea sobre las personas con discapacidad… y por ende que pocos quieran sentirse parte de este grupo.
Según la Rae la discapacidad es “Situación de la persona que por sus condiciones físicas o mentales duraderas se enfrenta con notables barreras de acceso a su participación social”. Según la OMS “Discapacidad es un término general que abarca las deficiencias, las limitaciones de la actividad y las restricciones de la participación” y desde el modelo social será comprendida a la persona en situación de discapacidad como “Sujetos que, en relación a sus condiciones de salud física, psíquica, intelectual, sensorial u otras, que al interactuar con diversas barreras contextuales, actitudinales y ambientales, presentan restricciones en su participación plena y activa en la sociedad”.
En definitiva, el concepto de discapacidad se resume en la “restricción en la participación que se da en la interacción entre los factores personales y las barreras del entorno.” Es decir, es el contexto con sus innumerables barreras, las que restringen la participación de la persona, expresándose así la situación de discapacidad. Esto ocurre cada vez que una persona con uso de silla de ruedas no puede acceder a un espacio público, restringiendo su participación social… ocurre cada vez que una persona con discapacidad visceral debe escoger entre su tratamiento o asistir al trabajo y cada vez que naturalizamos la exclusión de las personas con discapacidad justificándolo por su “enfermedad” … esta última es una barrera actitudinal.
En base a este nuevo concepto de discapacidad, muchas personas pueden ver restringida su participación, social, educativa y laboral debido a esta interacción dinámica entre los factores personales y las barreras del contexto. Es así como la discapacidad visceral, cobra más sentido que nunca en plena pandemia, en la que muchos no han podido retornar el trabajo presencial al presentar situaciones de salud que afecten los sistemas y órganos corporales, como enfermedades autoinmunes, VIH, secuelas de cáncer, entre muchas otras. En definitiva, puede ser acreditada, cualquier situación de salud que afecte los sistemas circulatorio, respiratorio, linfático, inmunológico, digestivo, nervioso, endocrino, óseo, muscular, hematológico y excretor u otras enfermedades de órganos que limiten la plena participación de la persona. Todas estas, pueden ser acreditadas como discapacidad, pero ¿De qué depende? De la vivencia de cada persona y de cómo ésta percibe su nivel de restricción en la participación en los diferentes ámbitos de desarrollo.
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Paulina Molina
Socia-directora
paulinamolina@nexoinclusivo.cl
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“12 años asesorando la inclusión laboral
de personas con todo tipo de discapacidad
en empresas de Minería, logística,
producción y retail.